MEDIACIÓN EN LA ESCUELA
Apuro, situación desgraciada y de difícil salida es una de las muchas definiciones que hace la RAE de la palabra conflicto.
Sin llegar a estos extremos podemos decir que el CONFLICTO está presente en nuestro día a día porque es inherente al ser humano.
El conflicto puede darse en el ámbito de las relaciones interpersonales o en grupos y puede manifestarse a través de una discusión, malentendido, disputa, pelea y hasta guerra. Pero no debe asociarse siempre el término conflicto con violencia. Ya que puede existir un conflicto y no necesariamente implicar una situación violenta o agresiva.
Visto de esta manera entendemos que el conflicto también está presente en las relaciones que establece nuestro alumnado con sus iguales, en el tiempo de recreo, por lo que creemos necesario dotarles de una herramienta válida para la resolución pacífica del mismo en las que las partes en disputa tienen que llegar a algún acuerdo o negociación.
Esta herramienta de la que hablamos es la MEDIACIÓN ESCOLAR.
La mediación es un método estructurado de resolución de conflictos en el que una tercera parte asiste a las personas en conflicto escuchando sus preocupaciones, facilitando la comunicación y ayudándoles a negociar. Los mediadores intentan ayudar a las partes a crear soluciones a las que ambas personas resultan ganadoras. Aunque el mediador se hace cargo del proceso, las partes mantienen la capacidad de tomar decisiones respecto a la solución del conflicto.
En nuestro centro los mediadores son los alumnos y alumnas de 6º de E.P. que de manera voluntaria quieran participar en este programa. En el patio, el resto de alumnado lo podrá identificar porque llevarán unos chalecos amarillos, y podrán acudir a ellos/as en el momento que necesiten de su ayuda para solucionar un problema que haya surgido en ese momento en el patio de recreo.
En todo el proceso contamos con la colaboración, guía y ayuda del Orientador del Centro.
Ante un conflicto podemos responder de tres maneras:
- Agresivamente
- Pasivamente
- Asertivamente
La respuesta agresiva es más fácil, no requiere de un trabajo personal, es impulsiva y visceral. Sale de las entrañas. Y es la que normalmente usa el alumnado. Por inercia aprendida, porque la violencia se aprende.
La respuesta pasiva no aporta nada.
La respuesta asertiva es más difícil porque necesita de una elaboración mental por nuestra parte y quizás también de concesiones que algunas personas no están dispuestas a realizar.
Debemos saber que la mediación es un proceso voluntario, que requiere de escucha activa y de confidencialidad por todas las partes. Por lo que es un aprendizaje muy valioso para la vida.
De ahí la importancia de este programa, porque permite abordar los conflictos cotidianos de forma colaborativa y pacífica, enriqueciéndonos individualmente y como miembro activo de la sociedad en la que vivimos.
Por otro lado, no hay que olvidar que en aquellos comportamientos que excedan a este proceso, por agresividad, violencia, o repetición de conductas disruptivas, seguiremos las pautas recogidas en nuestro documento de Normas de Organización y Convivencia interviniendo en su solución el profesorado, el jefe de estudios o incluso la comisión de convivencia del Consejo Escolar quienes determinarán la sanción a imponer.
MARÍA JOSÉ DÍAZ ROJO (Coordinadora de Bienestar y Protección)
