La asociación PUNTO OMEGA, es una entidad que trabaja, entre otros muchos proyectos, al servicio de las personas, especialmente para aquellas en situación o riesgo de vulnerabilidad con el objetivo de promover entre ellos un desarrollo humano y sostenible.
Y el pasado viernes, 3 de octubre, ha sido la encargada de llevar a cabo el taller práctico, al que el alumnado de 5º y 6º asistió, relacionado con la prevención del abuso y el mal uso de las nuevas tecnologías.
A través de preguntas de acercamiento, las monitoras consiguieron un clima de confianza tal que el alumnado participó activa y sinceramente.
En el transcurso del taller pude constatar que juegos como ROBLOX, gratuito online y social, no tiene secretos para ellos y ellas, como tampoco los tiene BROKHAVEN en el que los misterios se esconden detrás de una supuestamente apacible vida de roleplay; sin embargo, el gran objetivo que tiene Brookhaven, es la de proporcionar a todos los jugadores de Roblox la posibilidad de tener canales de contacto con otros jugadores para relacionarse fuera de este mundo, e incluso también fuera del juego.
Conocedores de los peligros del juego ONLINE en partidas públicas, por aquello de estar abierto a cualquier persona del mundo independientemente de su edad prefieren el juego en partidas privadas por al considerarlas “más seguras”, sólo con amigos a los que pueden bloquear si fuera necesario.
Mención aparte merece “EL MUNDO INFLUENCER” con su deslumbrante impacto en su forma de entender las relaciones.
Son capaces de reconocer que estas partidas pueden generarles ansiedad y provocar situaciones en las que muestren una agresividad gratuita, manifestando que en ocasiones han dado golpes, gritos o lanzamientos de mandos. A pesar de esto, les gusta mucho jugar y pasan demasiado tiempo en ello.
Los alumnos y alumnas son conocedores que la clasificación PEGI es una recomendación que los creadores de los juegos hacen sobre la edad adecuada que hay que tener para acceder al contenido, pero si el juego les gusta mucho, son capaces de mentir para participar en él; en contraposición defienden la censura con las palabras malsonantes y la política de cancelación porque así consideran que se protege a los menores.
Si el alumnado, en general, demuestra tener un alto conocimiento de los riesgos y peligros que el mal uso o abuso de las nuevas tecnologías puede provocarles, yo me pregunto:
¿Qué les ofrece esta actividad que la hace tan atractiva para que sean capaces de saltarse todas las protecciones legales con el único objetivo de continuar juagando?
No estaría de más que nosotros y nosotras, los adultos educadores, profesorado y familia dedicásemos un tiempo a reflexionar al respecto y actuar en consonancia antes de lamentar que aparezcan ADICCIONES en edades tan tempranas.
María José Díaz Rojo ( Coordinadora de Bienestar y Protección)